La revista académica Nature Comunications ha publicado un trabajo multidisciplinar que incluyen expertos en paleovegetación, geoquímica, estadística, historia y arqueología. El trabajo se titula ‘Drought as a possible contributor to the Visigothic Kingdom crisis and Islamic expansion in the Iberian Peninsula‘.
En este trabajo liderado por los investigadores Jon Camuera y Francisco J. Jiménez Espejo del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-UGR), en colaboración con investigadores de la Universidad de Granada, Univ. de Alcalá y de la Univ. de Oulu de Finlandia entre otros, han llevado a cabo un estudio en el que se integran los datos aportados por más de 100 registros polínicos procedentes de toda la Península Ibérica y Marruecos.
La señal polínica de plantas bien adaptadas a la escasez de agua evidencia, mediante un análisis estadístico, varios picos de aridez entre los años 450 y 950 AD, en particular entre el 545-570, 695-725, 755-770 y 900-935 AD. Durante el pico detectado entre los años 695-725 AD, las plantas del género Artemisia relacionadas con ambientes áridos alcanzó su máxima difusión, lo que parece apuntar a un periodo de extrema sequía, y que a su vez coincide con otras señales de aridez de registros de cuevas. Además, este pico ocurre durante un mínimo de la irradiación solar y un máximo de la Oscilación del Atlántico Norte, lo que apunta a que ambos pudieron ser mecanismos fundamentales que dieron lugar a las condiciones de aridez en la Península Ibérica y norte de África durante este periodo. En todo caso, para confirmar que la abundancia de dicha planta se debía a factores climáticos y no tanto a la acción del hombre (deforestación, ganadería, etc.), se han contrastado los resultados con las evidencias recogidas en textos históricos de la época y evidencias arqueológicas. Las fuentes escritas, incluyendo crónicas, leyes, etc. señalaban hambrunas, pandemias, disturbios e inestabilidad política durante dichos períodos de sequía.
La publicación contribuye a entender mejor el complejo periodo visigodo y la posterior formación de al-Andalus, a la par que subraya la adaptación de los grupos humanos a unas condiciones climáticas cambiantes. En una sociedad cuya economía y existencia se hallaban en buena medida depositadas en el éxito o no de las cosechas, un periodo de fuerte aridez significaba pobreza generalizada, hambruna y debilitamiento de la población, que quedaba mucho más expuesta a la acción de las pandemias. Todo ello tuvo que repercutir en la solidez y estabilidad del Reino Visigodo, lo que pudo ser un factor importante a tener en cuenta en su caída frente al Califato Omeya en expansión. Dichas crisis climáticas, ocurrieron también durante los siglos VI, VIII y X (periodos de aridez 545-570, 755-770 y 900-935 AD), que también están ligados a rebeliones internas dentro de los periodos visigodos y musulmanes.
Referencia bibliográfica:
Camuera, J., Jiménez-Espejo, F.J., Soto-Chica, J. et al. Drought as a possible contributor to the Visigothic Kingdom crisis and Islamic expansion in the Iberian Peninsula. Nat Commun 14, 5733 (2023). https://doi.org/10.1038/s41467-023-41367-7
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