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Cristales, arte y cultura

Más allá de la importancia en ciencia y tecnología, la palabra cristal está llena de evocaciones tales como pureza, transparencia, belleza, equilibrio, razón, inteligencia, energía, poder… La noción de cristal ha trascendido el pensamiento científico hasta interesar también a todas las artes, desde la literatura a la pintura, desde la arquitectura a la danza, la música o la cinematografía.

¿Sabes que los cristales fueron los primeros objetos coleccionados por los homínidos? ¿Percibes la influencia de la idea de cristal en la arquitectura moderna? ¿Sabes cuáles son las claves de la belleza cristalina?

Tras el interés de los poetas románticos del XVIII como Goethe, la literatura inspirada en los cristales experimenta un auge en el siglo XIX. Se escribieron obras maestras de la ciencia-ficción como el Frankenstein de Mary Shelley basado en experimentos de electrocristalización, o el Voyage dans le cristal de la imaginativa George Sand, pero sobre todo, fue Jules Verne quien describió magistralmente un inolvidable escenario de cristales gigantes en su famoso libro Viaje al centro de la Tierra.

La supuesta existencia de esos grandes cristales fue retomada en la primera mitad del siglo XX en los cómics y en guiones de programas de radio o televisión y en el cine. Sin lugar a dudas, la historia más famosa relacionada con el poder prodigioso de los cristales es Superman, el mítico héroe, en la que los cristales de Krypton, su ficticio planeta de origen, juegan un papel central.

La creencia en dos mundos de simetrías enfrentadas ha impregnado el paisaje de las artes y la filosofía durante siglos. Por un lado el mundo mineral, dominado por la línea recta, por el orden frío, periódico y repetitivo de los cristales, que se asocia a la racionalidad, a la inteligencia, al poder. Por otro, el mundo de la vida, dominado por la rica simetría de la curva y la ramificación, el mundo de la sensualidad, de la pasión. La cristalografía ha jugado un papel importante en la construcción intelectual de ese debate estético.

El artículo “Hacia el cristal” escrito por Amedee Ozenfant y Charles Jeanneret (Le Corbusier) en la revista L’Esprit Nouveau en 1924 es un manifiesto del purismo, continuación del cubismo. Como en el propio edifico de la revista diseñado por Le Corbusier, en él se reivindica el dominio de la línea recta, de las formas simples liberadas de lo decorativo, del valor estético de la máquina. En definitiva, de la pureza y exactitud del cristal. Estas ideas dominaron implacablemente la arquitectura del siglo XX.

El debate estético entre la recta y la curva, entre el arte como herramienta de conocimiento y el arte como pasión, se manifiesta con toda su profundidad en la historia personal de dos jóvenes artistas, Federico García-Lorca y Salvador Dalí. La oda a Salvador Dalí escrita por Federico, es una muestra ejemplar de ese debate entre lo cristalino que reivindicaba un joven Dalí influido por las ideas del purismo, y la rosa curva y compleja que gustaba el poeta andaluz. En Poeta en Nueva York, escrito entre 1929 y 1930, el poeta aún mantiene su postura -“siempre la rosa”- en los primeros versos del poema que abre el libro:


Asesinado por el cielo

Entre as formas que llevan a la sierpe

Y las formas que llevan al cristal

dejaré crecer mis cabellos

El monolito de 2001: Una odisea del espacio, la película de Stanley Kubrick basada en un relato de Arthur Clark de 1948, representa una inteligencia superior, ya sea dios o una civilización extraterrestre. Su imagen no podía ser otra que la de un poliedro cristalino.

¿Sabías que…?

  • En su romance «Preciosa y el aire», Federico García Lorca hace una contraposición similar a la del cristal y la rosa cuando dice:

    «Su luna de pergamino

    Preciosa tocando viene

    por un anfibio sendero

    de cristales y laureles.»
  • Los «Cristales de memoria» de Superman pronto seran realidad. Investigadores de la Universidad de Southampton han conseguido manipular los átomos de vidrios parcialmente ordenados para desarrollar sistemas de almacenamiento de más de 360 Terabytes, que funcionan hasta los 1000ºC y que tienen una duración prácticamente indefinida.
  • El monolito de la película «2001 una odisea espacial» de Stanley Kubrick es un prisma opaco y negro con unas proporciones 1:6:14 mientras que en la novela de Arthur C. Clarke en la que se basa la película, el monolito es transparente con unas proporciones 1:4:9.
  • Muchos artistas de todas las épocas se han inspirado en los cristales para sus obras. Recientemente esta tendencia parece más activa que nunca con obras como las del Estudio Roosegaarde.

Para saber más…